Tus bellos ojos se enturbian, tus palabras se hacen susurros ininteligibles,
lentamente te deslizas, te has dormido.
A tu lado, yo acaricio con mano trémula tu dulce rostro, tu cabello,
beso tu cara y tus labios, apenas con un roce suave,
como el roce del humo en el aire, no quiero despertarte.
Te observo, tu respiración es profunda y acompasada, duermes.
Lucho, me contengo, no quiero despertarte, sólo guardo tu sueño
recuerdo, hace tan poquito, tus suspiros eran apasionados
tus ojos me miraban a través de dos galaxias con miríadas de estrellas
tus manos me acariciaban como un lenguaje recién inventado
tu cuerpo, como un astro arrojando llamaradas de pasión.
Pierdo la lucha, me inclino , te beso, te acaricio
te susurro sentimientos, deseos, ternura,
como gotas que van desangrando mi corazón.
me sereno, me controlo, duermes y no quiero despertarte
Finalmente, me dejo llevar y me duermo con tu nombre en los labios
junto a una plegaria emocionada.
autor: Francisco Porte
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