martes, 13 de septiembre de 2011

Lugares etternnia: Sos del Rey Católico (Aragón - España))

Forma parte esta localidad de la comarca de las Cinco Villas, pero tanto por su historia como por su estilo arquitectónico, bien pudiera decirse que forma parte de tierras navarras. Su nombre parece estar relacionado con su misma ubicación, en lo alto de una alargada loma de la Sierra de la Peña, una posición estratégica que en antiguo aragonés se denominaba Sos. El apellido de este pueblo tampoco le viene por casualidad, sino porque aquí nació el rey Fernando el Católico por deseo y fuerza expresa de su madre; Doña Juana Enríquez, estando a punto de dar a luz en Sangüesa, juró que su hijo no nacería en tierras navarras y aguantó el impulsó unos kilómetros más para dar a luz en tierras aragonesas. Sabía decisión de esta mujer, castellana para más señas, pues convirtió a Sos, en villa ilustre por los siglos de los siglos. Luego con el paso del tiempo, Sos sufrió una importante decadencia, de la que fue rescatada a mediados del pasado siglo, gracias a lo cual ha llegado hasta nosotros en un estado de conservación sorprendente. Practicamente todo el casco histórico permanece anclado en el pasado, lleno de casonas de los siglos XIV, XV y XVI, en un ambiente generalmente recogido y silencioso, lo cual sorprende de forma inesperada al visitante. No resulta fácil encontrar en estos tiempos que corren un pueblo como este, en el que el turismo invasivo parece no haber hecho acto de presencia, y donde todavía puede respirarse el ároma de los pequeños descubrimientos, de la belleza intocada y auténtica. Algunas casas rurales y unos pocos restaurantes, no han podido todavía amenazar el ritmo cotidiano de la vida de este pueblo. En una recoleta y diminuta plazuela se encuentra el Ayuntamiento, un edificio renacentista que no desentona del conjunto; no se pierda la inscripción de su portada extraída del Eclesiastés: "La maldición de la madre abrasa i destrie de raíz hijos i cassa".






Todas las calles conducen hacia la zona más alta de Sos, donde se ubica la iglesia de San Esteban, del siglo XI, a la que llegaremos cruzando un pintoresco bajo un pintoresco adarve. Desde la explanada de su portada principal, podremos admirar una bonita vista del valle de Onsella, y comprenderemos la posición estratégica defensiva de todo el conjunto. El pórtico de la iglesia es uno de los mejores ejemplos de románico aragonés, y sirve de presentación a su magnífico interior, dominado por una oscuridad entre misteriosa y evocadora de imborrable recuerdo. Una de sus joyas se encuentra oculta a la mirada del turista de masas, y se encuentra en la cripta; todos aquellos que paguen un euro y se animen a descender por la tortuosa escalera de caracol, podran admirar una de las mejores muestras de pinturas góticas pintadas al fresco que quedan en nuestro país, recientemente restauradas. Pero Sos, es mucho más que San Esteban, es sobre todo una villa para pasear y perderse, para callejear y sorprenderse por ejemplo, con el ayuntamiento renacentista y su recoleta plaza mayor, con el castillo de Ramiro I, y con el palacio de Sada. Entre sus muros nació allá por el siglo XV, el rey que permitió la unificación de los reinos peninsulares; hoy se ha habilitado como centro de interpretación y museo, y permite ver cómo estaba configurado el palacio en aquella época. Abandonado Sos, tendremos la certeza de haber contemplado a buen seguro, uno de los 10 pueblos más bellos de España.






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