lunes, 21 de noviembre de 2011

Lugares Misteriosos: San Andrés de Teixido ( Ferrol - España)

La capilla de San Andrés es un famoso santuario a donde, según el dicho popular vai de morto quen non foi de vivo (va de muerto quien no fue de vivo).
Los romeros tenían la costumbre de tirar una piedra en los túmulos o "milladoiros" (se llaman "amilladoiros" en la comarca de Cedeira) que se encontraban a ambos lados del camino (se contabilizan hasta 20 milladoiros entre el lugar de Veniño y Teixido). Las piedras de los milladoiros dice la leyenda que "hablarán en el Juicio Final" para decir qué almas cumplieron con la promesa de ir a San Andrés.
Los milladoiros son montones de piedras que los romeros van dejando en lugares determinados: cerca de un santuario, cruces de caminos, parajes sagrados, etc. En las cercanías de San Andrés, al lado de las cuestas de bajada al santuario se conservan más de media docena de milladoiros (algunos en perfecto estado), formados por miles y miles de piedras que los peregrinos han ido depositando a lo largo de los siglos.Es posible que los milladoiros que hay en este lugar sean los únicos en el mundo con estas características. Esta costumbre se sigue practicando por los romeros que peregrinan al santuario de San Andrés, como demuestra el extraordinario milladoiro que hay en el lugar de "O Campo do Choíño" en la llamada "Costa Pequeña".
Se cree que la peregrinación a Teixido comenzó a partir de la Edad de Hierro, durante la cultura castreña. De hecho, el primer registro de la existencia de peregrinación aparece en el año 1391, en el testamento de una señora de Vivero, que dice así:
mando ir por min en romaría ó Santo André de Teixido, porque llo teño prometido, e que lle poñan no altar unha candea do tamaño dunha muller do meu estado
hago ir por mi en romería a San Andrés de Teixido, porque se lo tengo prometido, y que le pongan en el altar una vela del tamaño de una mujer de mi estado
traducido al castellano

El alma del muerto llevada por familiares
El que se ofreció a San Andrés y no fue de vivo, tiene que ir de muerto, y para eso una manera de cumplir con la romería es con la ayuda de los familiares vivos o conocidos (normalmente dos) acompañando al ánima del finado. Antes de comenzar la peregrinación, los parientes van al cementerio donde se encuentra la tumba del difunto, para invitar al espíritu del muerto a hacer el viaje con ellos.







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